Al fin llegan las ansiadas vacaciones. Pones rumbo a la playa y, al llegar, adviertes que esta ha desaparecido. No hay ni rastro de la arena donde pensabas tumbarte a descansar. Parece un escenario irreal, pero la playa, ese lugar que damos por sentado, es susceptible a desaparecer en algunas zonas del mundo por el aumento del nivel del mar asociado al cambio climático.

El incremento de la temperatura global por las emisiones de gases de efecto invernadero va acompañado de un aumento del nivel de los océanos que, según las predicciones científicas, provocará inundaciones y cambios en la dirección y la intensidad del oleaje que afectarán a multitud de playas, haciéndolas desaparecer o cambiar su perfil.

En España, las zonas costeras son las que cuentan con una mayor densidad de población (casi el 60% de la población vive a lo largo de los 8.000 kilómetros de costa con los que cuenta nuestro país) y el peso socioeconómico de estas áreas, debido en buena medida al turismo, es de vital importancia para el conjunto del país. Aquí, como en el resto del planeta, subirá el nivel del mar a causa del deshielo de los polos y el aumento de temperatura del agua.

En este escenario, donde se prevé un aumento del nivel del mar de 6 cm para 2040, los retrocesos de la línea de costa serán de 3 metros en las costas cantábricas y gallegas, de 2 metros en el Golfo de Cádiz, y entre 1-2 metros en las islas Canarias y en la fachada Mediterránea. Esta situación se agrava además por el desmedido desarrollo urbanístico de las últimas décadas, que ha invadido y destruido gran parte de nuestras costas.

Pero no hace falta mirar al futuro, los primeros impactos del cambio climático ya están aquí. Lo vemos en los temporales de las últimas semanas, que se han llevado las playas del suroeste andaluz. La frecuencia y la intensidad de estos episodios extremos ya están aumentando por los efectos del calentamiento global.  El temporal, bautizado como Félix, que acaba de azotar España, es un ejemplo de ello.

Aunque son víctimas del cambio climático, conservar y recuperar los ecosistemas costeros sería nuestra mejor defensa frente a esos eventos extremos: playas, sistemas dunares o humedales costeros actúan como una barrera natural que amortigua los temporales o las subidas del nivel del mar.

El clima en España está cambiando, y con él, nuestro paisaje y nuestras vidas. Poco a poco, casi de manera imperceptible, las temperaturas medias van aumentando y las precipitaciones descendiendo.

Porque queremos seguir disfrutando de nuestras playas, el 24 de marzo apagaremos la luz en la Hora del Planeta.

Y tú, ¿por qué apagas?